reumatología

Rizartrosis: síntomas y tratamiento de un tipo de artrosis que afecta al dedo pulgar

Dos de cada tres mayores de 65 años sufren la degeneración de la articulación que une el pulgar con la muñeca

Muñequeras y férulas son algunos de los elementos que ayudan a descansar la articulación

rizartrosis
Se produce cuando el cartílago de la base del pulgar empieza a sufrir desgaste.

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La rizartrosis es un fenómeno frecuente una vez que se cumplen 65 años. Se produce cuando el cartílago de la base del pulgar empieza a sufrir desgaste. Ese cartílago protege las terminaciones de los huesos y facilita su movimiento. Este tipo de artritis puede provocar dolor agudo, inflamación y pérdida de fuerza, haciendo que cosas tan sencillas como abrir una puerta o quitar la tapa a un bote se conviertan en algo complicado. Cuando es muy severa, puede requerir cirugía.

El dolor es su peor síntoma, y el más predominante. Se puede presentar en la base del dedo al agarrar objetos. También puede producir rigidez y un aspecto abultado.

El diagnóstico de rizartrosis es competencia de los profesionales sanitarios, que pueden reconocer esta dolencia en un examen clínico o pedir ciertas pruebas para descartar otras enfermedades. Los expertos indican que es importante mantener el pulgar en movimiento para aliviar el dolos y la inflamación.

Factores desencadenantes

Los factores que predisponen a desarrollarla son ser mujer, tener más de 40 años (aunque sea más frecuente en personas de mayor edad), predisposición genética, existencia de lesiones previas y otras enfermedades como el lupus y la artritis reumatoide. Existe otro factor de riesgo relativamente nuevo: el uso abusivo de las nuevas tecnologías, que puede causar lesiones por movimientos repetitivos al utilizar de forma continuada un ratón o una pantalla táctil.

Para prevenirla, lo mejor es mantener una buena salud en general. Entre las precauciones que indican los especialistas están: abstenerse de fumar, mantener alguna forma de actividad física al menos tres días por semana, seguir un plan de alimentación que sea saludable para nosotros y nuestras necesidades y utilizar equipamiento protector cuando esté recomendado para nuestras actividades. Entre sus recomendaciones están visitar al médico para las revisiones necesarias. De acuerdo con la Sociedad Española de Reumatología, dos de cada tres personas que han cumplido 65 años sufren rizartrosis.

Julio Maset, médico de Cinfa, explica que «aunque la rizartrosis afecta únicamente al pulgar, al ser el dedo que hace posible el gesto de’pinza’ de la mano, puede dificultar o impedir llevar a cabo gestos tan cotidianos como abrir un objeto o abrir un bote; es decir, puede mermar seriamente la capacidad de manipular objetos con la mano y por tanto, de realizar multitud de acciones del día a día».

Cuidado con las nuevas tecnologías

«En teclados táctiles, como los de los smartphones, los movimientos son repetitivos y prolongados, lo que puede provocar inflamación en la zona, principalmente, de los dedos pulgar e índice,, afectación de los tendones y dolor en la mano. Por otra parte, mientras se usan estos dispositivos, la atención se focaliza en la actividad que se está realizando y se inhiben involuntariamente los mecanismos de alerta y dolor, lo que impide a la persona detectar el malestar que le genera ese uso continuado del dispositivo hasta que se relaja o finaliza la actividad», advierte el experto.

Diez consejos para mejorar el día a día

1. Elige utensilios con una forma y peso apropiados. Por ejemplo, un cuchillo con un mango más grueso resulta más fácil de sujetar y controlar. También suele ser más sencillo escribir con un bolígrafo con punta de bola, que reduce la fricción entre el boli y el papel. Y las tareas en la cocina serán más fáciles si disponemos de ollas, cazos y cubiertos de aluminio o plástico, pues su ligereza nos permitirá manejarlos más fácilmente.

2. Utiliza aparatos eléctricos en la cocina. En las tareas que impliquen el uso intensivo del pulgar, puedes ayudarte de electrodomésticos como el exprimidor, el pelador, la batidora o el abrelatas. Y en lugar de fregar, puedes emplear el lavavajillas.

3. Libera las manos siempre que sea posible. Los expertos aconsejan no aguantar mucho peso con las manos si sufres rizartrosis, por lo que un carrito o una bolsa que pueda colgarse del hombro son una buena opción para hacer la compra o transportar las cosas.

4. Evita forzar el pulgar. Al llevar una maleta, es mejor que tires de ella con los cuatro dedos, no solo con el pulgar. Evita también realizar movimientos repetitivos con este dedo durante largos periodos de tiempo como coser, escribir, cortar alimentos, así como usar en exceso o de manera prolongada dispositivos como el ratón del ordenador o tu smartphone.

5. Sigue un programa de ejercicios personalizado. Estos deben estar siempre adecuados a tu diagnóstico y al grado de tu lesión. En las fases iniciales de la rizartrosis, serán de potenciación y de fuerza, como flexionar y extender los dedos sobre una mesa o mover el pulgar haciendo círculos grandes. En las fases más avanzadas, conviene hacer ejercicios activos suaves.

6. Aprovecha lo que te rodea para ejercitar tus dedos. Puedes sacar partido a objetos de tu entorno cotidiano para practicar ese tipo de ejercicios que mejorarán la movilidad de los dedos: encender un mechero, sacar monedas de un monedero, pulverizar un espray, enroscar y desenroscar tapas de diferentes tamaños, rodar, botar o lanzar una pelota, teclear en el ordenador o dibujar, etc.

7. Relaja tus manos en agua caliente. Este hábito puede ayudarte a reducir el dolor y la rigidez. También se aconsejan los baños de contraste (alternando agua fría con agua caliente) o aplicar hielo (nunca directamente, sino, por ejemplo, envuelto en un paño o toalla). Tu médico o fisioterapeuta te indicará lo más adecuado en función de tu caso.

8. Consulta al farmacéutico sobre el uso de elementos de ayuda. Por ejemplo, las muñequeras textiles —siempre que inmovilicen también la articulación que une el pulgar con la muñeca— absorben los constantes micromovimientos que se realizan durante el día de manera inconsciente. También permiten realizar actividades cotidianas que impliquen gestos repetitivos o forzados de garra y pinza manual. Durante las fases de mayor dolor, puede ser útil el empleo de férulas de reposo por las noches.

9. Valora el uso de antiinflamatorios o analgésicos cuando sea necesario. Siguiendo siempre las pautas de tu médico, cuando tengas días de más dolor o vayas a necesitar usar las manos más de lo habitual, puede ser recomendable recurrir a este tipo de fármacos.

10. Acude a tu médico si tienes síntomas en el dedo pulgar. Si aún no tienes el diagnóstico, pero notas en el dedo pulgar dolor continuo o que evoluciona a más al realizar movimientos cotidianos; si presentas rigidez, inflamación o incluso deformidad de la articulación y si, además, eres mayor de 60 años o has realizado trabajo manual durante tu vida, acude a tu médico. Un diagnóstico precoz ayuda a controlar los síntomas y la evolución de la rizartrosis.

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